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martes, 15 de marzo de 2016

CROMOS SOMOS

Todo un placer estar de nuevo en una de las paredes de la última exposición del gran artista y profesor Salvador Lavado. ¡Muchas gracias por dejarme formar parte de tus proyectos, Salva!

Del 4 marzo al 8 abril
Sala Axarquía
IES Bezmiliana
Rincón de la Victoria (Málaga)




 


No me pidas que me baje en la próxima. Deja ya de mirarme  con cara de no haber visto nunca un unicornio de cerca.


Si yo ya había presentido aquel destino ineludible desde antes de que se colara bajo la puerta el aroma dulce y tentador que desprendía su voz.

Cuando entró en la sala de espera de la Estación Central, ya sabía que el roce de su piel llevaba escrito el mapa del tesoro y que el sonido de su mirada me iba a atravesar como una lanza, de parte a parte, el mundo.

En el justo instante en que se tropezó con mi maleta, un relámpago de hielo y fuego hizo saltar en pedazos todas las fronteras y el azar dio paso a un huracán que desencadenó una vorágine de fantasías innegables.

“Llámalo como quieras, pero esto solo ocurre una vez en el viaje de la vida y no tiene vuelta” - me dijo al tiempo que sacaba una pluma roja de su bolsillo y me la ponía en el pelo.

Por eso, no me pidas que recoja los cristales rotos del suelo. Dime que me quede, ahora y siempre, y que me cosa en la lengua las letras de la palabra más intensa, con hilo de telaraña y con el sabor de los latidos de su corazón.

Dime tan solo, que ya he llegado, que éste es el final del camino.
 


(Por ti, tú sabes quién) 

jueves, 28 de enero de 2016

FINAL DESTINATION EN "CROMOS-SOMOS"

... Dentro de poco, ni más ni menos que a partir del 4 de marzo, volverán a estar colgadas por las paredes mis palabras, acompañando la nueva exposición del artista malagueño Salvador Lavado. Esto, no solamente me hace muy feliz, sino que también me desborda con un sentimiento de tremenda fortuna... gracias, Salvador, por haber vuelto a confiar en mí. ¡Qué placer!

Viernes, 4 de marzo 2016
a las 20:00h
en la Sala Axarquía del IES Bezmiliana
Rincón de la Victoria - Málaga 


domingo, 31 de mayo de 2015

ULTIMO REFLEJO

De nuevo me subo por las paredes gracias al gran artista y persona Salvador Lavado. ¡Un placer inmenso!


Detrás del cristal pego todos mis reflejos. Son de mercurio que se derrite y resbala por azulejos y baldosas en bolitas imposibles de sujetar con los dedos.

“Así soy yo”, le dije el primer día, “Si me intentas atrapar en tu red de pescador de agua dulce, desaparezco y soy otra”.

El segundo día quiso guardarme en una caja de música, pero el vals de los cisnes no está hecho para mí.

El tercer intento llega ahora. Voy a probar a dejarme enredar entre las plumas de sus alas. Le he visto acercarse provocando escalofríos en mi piel de azogue, con los colores chillones de pavo real que ahora luce y esa voz de atardecer que hace que no quiera volver a cambiarme de sombrero.

Mi último reflejo no es de mercurio; es de carne y hueso, y huele a mar.



lunes, 3 de febrero de 2014

FANTASMAS



Fotografía de Miro Slavin

La veo pasar pegada a la ventana trasera del eléctrico número 28. Se baja en el Cemitério dos Prazeres. Dice que se llama Adelina Campos y que tiene 103 años. La gente piensa que es una mentira más, que es puro teatro, pero yo me lo creo a pies juntillas.



También voy todos los días al Cemitério dos Prazeres. Me llamo Rómulo de Carvalho, tengo 90 años y sé con certeza que esto no es más que pura química.


sábado, 21 de diciembre de 2013

LA FORZA DEL DESTINO

La magia de Dora López
 Esta historia se la debo
a la gran artista malagueña
DORA LÓPEZ, por ser valiente y
porque ha hecho que me pierda
de nuevo por caminos
insospechados.
Mil gracias, Dora.

Gina Poule tenía solo un pelo de tonta y la mirada lánguida.



De pequeña coleccionaba el cristalino de los ojos de los besugos que se comía su padre y los guardaba como diamantes en una caja de música. Cuando se hizo mayor de edad, los escondió en el fondo del cajón de la mesilla de noche, al comprender que aquello no le traería suerte y que su verdadera fortuna estaba en aquel único cabello y en su forma de mirar.



Salió al mundo con sombrero y mucho rímel porque era valiente. Cuando nadie daba ya ni un duro por ella, conoció al hombre de su muerte en la pista de baile de un bar de copas. Se arrastró tras él hasta el borde del precipicio, pero antes de dejarse llevar por su destino, sacó el as que ocultaba en la manga.



Cerró los ojos para no verlo caer, dio media vuelta y se afeitó la cabeza.



Por si acaso.



Porque Gina Poule tenía solo un pelo de tonta.

lunes, 28 de octubre de 2013

POR SIEMPRE JAMÁS

Esta historia 
viene de una magnífica fotografía 
que se llama "Heat" y está hecha en Cuba: 

Imagen de Miro Slavin

José Victoriano me decía siempre que me quería “como la carretera” y ahí me quedaba yo, embobada, colgando de sus palabras porque no sabía muy bien cómo interpretarlas. Él decía que era un hombre de mundo y yo una descarada. Me había criado en una caja de zapatos y mi vocabulario era tan extenso como el que cabía en las calles de mi barrio.

José Victoriano me dijo un día que me subiera a su coche. Como no tenía nada que perder porque ya una vez lo había perdido todo, solté una carcajada, me senté a su lado y nos largamos.

José Victoriano me dirá un día que me case con él. Yo lo sé porque la otra mujer, la guapa, le grita siempre. Él se calla y está claro que no la quiere porque lo leo en sus ojos cuando después viene a verme a mí al sótano y me pega hasta que dejo yo entonces de gritar…


Esta historia se la dedico
a Jose, mi amigo de alma-gemela.
Sobre todo porque sé que
la fotografía la eligió él.

jueves, 3 de octubre de 2013

LA SUERTE TIENE CUATRO LETRAS

Esta historia me la despertó Inés Vílpi, una ilustradora... ¡¡¡como un elefante de fantástica, como el Himalaya, como el Big Ben!!! Aquí os la dejo "enlazada", para que podáis disfrutar de su maravilloso trabajo. ¡Miles de gracias, Vílpi!


Ilustración de Inés Vílpi
  
Me fijé en él y estaba despeinado como un plumero.



Me fijé en mí y estaba repintada como una mona.



Nos fuimos así a hacernos fotos a un fotomatón, para que el momento aquel de suerte compartida se quedara dibujado con un velo brillante en una tira de cartulina.



Se sentó en el taburete verde que daba vueltas y yo en sus rodillas. Le conté de reojo que me dormía pensando que la suerte era un abrigo escarlata al que le faltaba un botón porque así lo había leído en algún libro.



No. La suerte, me dijo susurrándome en la oreja, es una bala, una palabra, que te pasa rozando el corazón.



¡Flash!



La suerte, le disparé, es verte todos los días sin tenerte delante.



¡¡Flash!!



La suerte es ser permeable y que a uno no le resbale nada. Tener la piel de papel absorbente… Ay, cuando te alejas, se me cala hasta el alma.



¡¡¡Flash!!!



La suerte es poder escucharte y que tu voz me encoja y arrugue el corazón como un hueso de aceituna. Es poder rozarte y que me recorra el cuerpo una descarga eléctrica de alto voltaje.



¡¡¡¡Flash!!!!



La suerte es el botón que me has robado de mi abrigo rojo.



Salimos.



Al ratito, en la tira de cartulina que escupió la máquina, había tan solo una palabra de cuatro letras.



Y al final, a pesar de saber lo que era la suerte, me quedé sola…

lunes, 9 de septiembre de 2013

ABRE

Imagen de MIRO SLAVIN

Esta puerta se ABRE desde OTRA VISTA GALLERY.

... Una puerta medioabierta
nunca está entrecerrada. Sobre todo
cuando hay luz dentro...

La mujer que siempre había estado atando cabos y que siempre había pensado que el amor no era más cosa que hilar fino, se encontró en la puerta del hombre que cuidadosamente repasaba con rotulador todas las palabras antes de decirlas. 

Llamó y como nadie abrió, metió por debajo de la puerta el mapa del laberinto que le había dibujado durante años, así, sin palabras, para que él se las pusiera todas.
Y entonces, lo esperó. 
Lo esperó sabiendo que aquello llevaba tiempo y también porque era la primera vez en su vida que sabía que si corría, no tendría tiempo de llegar a ver todas las estrellas que llevaban sus ojos.

Un día él abrió la puerta.
Traía en sus manos un mapa sin fronteras en el que había repasado mil y una veces el nombre de ella… el nombre de ella, que esta vez, había escrito junto al suyo.

martes, 1 de enero de 2013

LOBA FEROZ DE MAR



Ilustración de Inés Vilpi


Me he vuelto a dejar caer por el tubo de cristal ultrafino de fragilidad irrompible que me desliza a mi otra vida.

Me dijiste una vez: “Te quiero soñar sin los pies en la tierra…” Y fue por eso por lo que te tuve que seguir, subida en tu barca, con tus ojos abiertos… (y tú sin calcetines) y dejarme mecer en tus olas, deseando que me quitaras a mí las medias y me peinases la piel con una gota de agua salada.


Tengo los ojos cerrados de tanto pensar el mar
desde mi cama con edredón de flores.

Tengo los ojos cerrados para verte mejor.

Tengo las orejas tapadas para oírte mejor.

Y los dientes de loba ...
...para comerte,
mejor.


Seguir a Inés Vilpi --> Me encanta jugar con ella, las palabras vuelan fácil con sus ilustraciones y dibujos... ¡Mil gracias, Vilpi, eres primulosa y yo tan afortunada de poder contar contigo!
                                                                 

martes, 20 de diciembre de 2011

FUNANBULISMO


La encontró paseándose por el borde de su vaso de cristal. Se había puesto las zapatillas de bailarina y hacía piruetas imposibles con la luz apagada.

Le dijo que siempre había estado a punto de cogerla de la mano, tirar de ella hacia fuera, para que saltara a su vacío. Le contó que desde hacía un infinito, intentaba mover las baldosas de la casa para hacerle perder el equilibrio. Le confesó que en el momento de conocerla supo que ya no habría forma de despegar el punto de vista de su falda de tul… Todo esto se lo dijo con un hilo de voz tan fino que apenas alcanzó los extremos de las cintas que colgaban de sus pies de acróbata. Aún así, ella sintió sus palabras que se fueron devanando al revés por su figura. Se detuvo en un plié desatinado y se dejó caer como una serpentina.

Le dijo que siempre había estado a punto de dejarse coger de la mano para que tirase de ella hasta su vacío. Le contó que desde hacía una inmensidad, intentaba perder el equilibrio cuando se movían las baldosas de la casa. Le confesó que en el momento de conocerlo supo que ya no habría forma de despegar el punto de vista del ala de su sombrero… Y todo esto, se lo dijo con una hebra de voz tan delgada que se fue enredando en sus brazos de malabarista saltimbanqui para siempre…