Los pájaros se posan en los cables como si nada. Pulcros en su orden, equidistantes unos de otros como si alguien hubiera estado señalando con regla el punto justo donde cada uno debe pararse y no moverse, estar sin rozarse… Uno se posa a su lado en el lugar marcado, con su abrigo de plumas negras, sin poder despegar las alas y alzar el vuelo… Y las patas se le han cosido al cable donde se agarra en equilibrio incierto… Y el pico se le ha quedado sellado en la última letra de un nombre… Los ojos redondos de mirlo negro no ven el disparo seco que hace salir en desbandada a todos. A todos menos a uno… que se ha quedado de piedra, que se ha vuelto de madera, que se ha hecho de cristal… que me he vuelto pájaro de cera, pájaro de paja, pájaro de nieve que se derrite y se va, gota a gota, como si nada…
JAAAAAAJAAAAAJÁ...... como una cabra.
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