Ilustración de Inés Vilpi |
Ella estaba haciendo un crucigrama sentada en
el sofá de casa. Me dijo: “A ver, palabra de cinco letras por a”… y yo
abrí la boca para decir: “Ábaco”, pero solo me salió un “Adiós” en
negrita, tipo Georgia, tamaño de fuente 22.
Ella se levantó y se fue dando rabotazos. “A
mí no me tienen que decir eso dos veces, guapo”, me gritó delante de un
portazo.
Las letras de aquella palabra rompedora se me
cosieron a la camiseta y yo no he vuelto a despegar los labios.
Me da miedo lo
que pueda salir de mi boca...
jopetas!!! me ha dolido hasta a mi...
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