miércoles, 6 de marzo de 2013

BREAKFAST



Hoy nos ha vuelto a poner lo mismo de siempre: café que sabe a cartón con polvo, las galletas húmedas, el pan mohoso y un pelo blanco en el plato. Como cada día nos lo hemos comido sin rechistar y yo he mojado de nuevo el dedo en el azucarero de plástico, en el que tiene dibujos de manzanas rojas para que no se confunda con el de la sal. Al terminar, le he dado un beso, para que no se olvide también, y me ha observado con esos ojos confundidos que ya tienen mirada de pez y que me dejan un nudo en la garganta. Es que siempre me aseguro de tragarme ese pelo blanco que con la luz de la mañana dibuja un brillo en el plato.


3 comentarios:

  1. Mo, guapa, esto es precioso. Claro, a pesar de todo, llevar contigo el primer brillo de la mañana es un buen comienzo cada día.
    Y también, a pesar de todo, entre una casa cerca del mar y una en la falda de una montaña hay un pelo blanco que brilla y eso es estupendo.

    Un besazo, Olguísima.
    Inés

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    Respuestas
    1. Sí, un pelo blanco que brilla por la mañana...!!! Mi Vilpi!!!!!!!! Mil gracias por gustarte!!! Tú sí que me gustas a mí, nenica!

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  2. Cuánto cariño demuestra ese esfuerzo, cuánto cariño valorar el brillo de ese pelo blanco de la mañana. Qué lindo lo cuentas, Mo.

    Un abrazo.

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