martes, 26 de noviembre de 2013

QUITA Y PON





No voy a entrar en el baño nunca más. No quiero que se me caiga el pelo. Ahí es donde pasa. Lo sé porque ayer vi la melena de la tía Julita encima del gorrito azul de ganchillo que guarda el rollo de papel higiénico.



La tía Julita siempre ha sido calva como una bombilla y el otro día cuando la esperábamos bajar de su habitación para ir a la playa, tenía una mata de pelo como las modelos. Yo me quedé con la boca y los ojos abiertos como platos:



- ¡Anda! ¡A la tía Julita le ha crecido el pelo! – solté.



Mamá me pegó una colleja y luego me explicó que la tía Julita se fue a dormir la siesta y cuando se despertó tenía una melena.



Lo malo es eso. Que luego por la noche se metió en el baño y se le cayó toda. Por eso yo no quiero entrar allí. Porque si entras en ese baño, seguro se te cae el pelo.