sábado, 16 de junio de 2012

NEBEZPEČÍ


Las he visto. Siguen ahí. Están escondidas detrás de las palmeras. Me observan continuamente, esperando que me acerque por el camino que se devana junto a los tamarindos. No pienso ir. Si voy, me rozarán con sus puntas verdes, grises y amarillas para que me vuelva y entonces, de golpe, me apresarán entre sus gruesos brazos de plástico irrompible, de pulpo estático bicolor, de Medusa petrificada. Me engullirán y no podré ni abrir la boca para explicarles que no soy real, que soy un sueño de alguien que se ha perdido, que estoy vagando por la misma calle de siempre como alma en pena, translúcida, hecha con telas de arena de playa, esperando inútilmente un despertar que nunca llega…

Las pitas son monstruosas…



2 comentarios:

  1. Eso me recuerda a una lección de flora Nerjiana y a un dia de playa tostandonos y haciendo el ganso mientras Conchita buscaba a Marus y viceversa y se encontraron entre pedrolones negracos y blancuzones que Marus no paraba de encontrar entre esas aguas frias cerca de Marruecos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sigo pensando que las pitas son monstruosas... :-)))... lo de que hagamos el ganso es que me encanta, eah! ;-)

      Eliminar

Me gusta que me dejes un comentario... o dos... o tres... o más!